Estos sistemas de vigilancia se están instalando a su vez en plantas industriales y urbanizaciones, aunque también tienen cabida en edificios de oficinas o comercios. Las zonas comunes de las comunidades de vecinos han sido siempre lugares en los que se ha buscado una mayor eficiencia de la vigilancia. De hecho, ya es una realidad el control de acceso a complejos residenciales a través de código QR o tarjeta, sin necesidad de utilizar la llave, así como otros tipos de cerraduras inteligentes que monitorizan quién fue el último que empujó la puerta. También timbres inteligentes para comunicarse a distancia con el visitante, aunque no estemos en el domicilio e, incluso, drones que sobrevuelan el jardín o los portales para detectar y perseguir intrusos. La seguridad en el futuro más inmediato pasa por cielo y tierra.