En Colombia, al igual que en muchos otros países, el uso de armas no letales está regulado por la ley y su implementación está sujeta a normativas específicas. Las armas no letales se utilizan principalmente en situaciones en las que es necesario hacer frente a amenazas o controlar disturbios sin recurrir al uso de armas de fuego, con el objetivo de minimizar el riesgo de causar lesiones graves o mortales.
Algunas de las armas no letales comúnmente utilizadas en Colombia son:
Gas lacrimógeno: Es un agente químico que provoca irritación en los ojos, nariz y garganta, causando lágrimas y dificultad respiratoria temporal. Se utiliza principalmente para dispersar multitudes o controlar disturbios.
Pistolas de electrochoque (taser): Estas armas emiten descargas eléctricas que incapacitan temporalmente a una persona, interrumpiendo su sistema neuromuscular. Se utilizan en situaciones en las que es necesario controlar a un individuo violento o resistente.
Balas de goma: Son proyectiles de goma o plástico que se disparan desde armas de fuego modificadas para reducir su potencial letal. Estos proyectiles pueden causar lesiones dolorosas pero generalmente no mortales. Se utilizan en situaciones en las que es necesario disuadir o contener a una persona sin recurrir al uso de armas de fuego convencionales.
Aerosoles irritantes: Estos aerosoles contienen productos químicos irritantes, como el gas pimienta o el gas CS, que provocan ardor en los ojos y dificultad respiratoria. Se utilizan para la defensa personal y en situaciones de control de disturbios.
Es importante destacar que el uso de armas no letales debe realizarse de acuerdo con los protocolos establecidos por las autoridades competentes y respetando los derechos humanos y las normas legales vigentes. Su uso indebido o excesivo puede dar lugar a abusos y lesiones graves. Es responsabilidad de las fuerzas de seguridad y los organismos encargados de hacer cumplir la ley garantizar que se utilicen de manera adecuada y proporcional a la situación.